Diplomado de estrategias en lectura y escritura – Módulo 3: Aprendiendo a escribir con el Método Troncoso. On line

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Objetivo general:

Identificar las habilidades de aprendizaje que corresponden a las tres etapas del proceso de escritura: primera etapa: atención temprana y trazos básicos; segunda etapa: escritura de nombre, vocales y consonantes en palabras y frases; tercera etapa: uso habitual de la escritura.

A continuación te presentamos el índice del módulo:

A continuación te presentamos el marco teórico del modulo:


Aprender a escribir con el Método Troncoso

La grandeza única y humana de poder escribir

Si hubo alguien con discapacidad, en este caso visual, para llevar a la excelsitud el arte de escribir fue el argentino Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-Ginebra, 1986). El decía que escribir era su pasión en la vida. Escribió poesía, cuento, relato, ensayo, novela, artículos guiones de cine y otros géneros sintiendo una necesidad íntima por hacerlo, nunca por encargo.

Aprendió a escribir tan genialmente desde su discapacidad, que a sus personajes en el texto los hace expresarse de una manera oral original, esto es, haciéndolos hablar de acuerdo con su ambiente, época y cultura. Decía que al escribir “lo fundamental es la carga de pasión del pensamiento que se trasmite a través del lenguaje, y a veces a pesar del lenguaje”. El ideal estético de Borges fue meter el mundo, o al menos un buen pedazo de él, en la secuencia mágica de unas breves palabras, nombrar el Universo con las palabras.

El gran aporte de María Victoria Troncoso y Mercedes del Cerro es que separaron el proceso de lectura y escritura para personas con discapacidad intelectual. No se trabajan de manera simultánea sino complementaria.

El proceso de lectura es más sencillo que el de escritura porque para escribir se integran procesos neurológicos muy complejos como son: el lenguaje, la psicomotricidad y la memoria.

La complejidad e implicaciones de la escritura

En el módulo anterior presentamos el Método Troncoso para aprender a leer, diseñado especialmente para personas con discapacidad intelectual. Su complemento es la escritura que es lo que presentaremos a continuación. Escribir es poder representar las palabras o las ideas con letras u otros signos gráficos trazados en papel o en otra superficie. Es poder comunicar algo por escrito.

Escribir supone trazar una serie de grafías complejas en su forma que deben ir encadenadas en un orden específico para representar una palabra o un concepto.

La coordinación del cuerpo para generar movimientos rotacionales en continuo desplazamiento, da posibilidad de realizar unos trazos que puedan ser leídos e interpretados por otros, y es, quizá, la actividad de motricidad fina más compleja que podemos aprender como seres humanos.

Escribir es una de las cumbres del desarrollo humano y se precisan varios años de evolución y desarrollo para lograr soltura suficiente y un estilo personal para hacerlo. El aprendizaje de la lectura es, sin duda, mucho más sencillo.

Escribir, además de su carácter gráfico, es fundamentalmente un medio de expresión. Presupone un lenguaje interior que quiere comunicarse, como decíamos al hablar de Borges. Existe la intención de transmitir un mensaje por escrito y para ello es preciso un conocimiento de la lengua.

El lenguaje oral es previo y más sencillo que el lenguaje escrito. En el lenguaje escrito se piensa en un sonido o combinación de sonidos que deben plasmarse en símbolos gráficos que hay que recordar y trazar en orden, para representar un concepto.

El Método Troncoso de escritura representa los sonidos. Si hay una correspondencia entre el fonema (sonido) y el grafema (letra), como sucede casi siempre en el castellano, el aprendizaje es más sencillo. En este sentido nuestra lengua tiene ventajas frente a otras como el francés o el inglés. Las excepciones a esa correspondencia en el español son pocas y se aprenden con facilidad. Así sucede por ejemplo con la letra c que seguida de a, o, u, se pronuncia de un modo diferente que cuando le suceden las letras e, i, o la letra g seguida de e, i, o seguida de a, o, u.

Significante y significado en la escritura

Para darnos idea de algo que quizá nos sea ya muy innato pero que para nuestros alumnos y alumnas con discapacidad no lo es tanto, es estar conscientes de la dificultad que tiene el aprendizaje de la escritura. Es preciso analizar un poco los dos componentes de la misma: el significante o la forma y el significado o mensaje que se transmite.

En el significante lo importante es la forma de las letras y el movimiento del brazo y mano para trazarlas. Es preciso desarrollar habilidades manipulativas finas que permitan trazar y encadenar las distintas grafías de nuestro código escrito, con rapidez, manteniendo la unión, la dirección, los giros con desplazamiento general del movimiento hacia la derecha, los espacios y la proporción en los tamaños.

También es necesario tener la capacidad de control voluntario de la prensión del instrumento y de la presión que se hace con la punta sobre la superficie en la que se escribe. La presión tiene que ser suficiente para marcar, permitiendo al mismo tiempo el deslizamiento.

Es preciso que haya coordinación entre la imagen visual de los símbolos y los movimientos de la mano para reproducir dicha imagen. Ello presupone la interiorización y recuerdo de los símbolos gráficos, el aprendizaje y ejecución casi automática —sin pensar— de los mismos. Es precisa la representación interior rápida de los grafemas que forman una palabra, que se corresponden con los fonemas que se oyen o se dicen, lo cual implica a la memoria auditiva y visual, al recuerdo gráfico asociado a un recuerdo de articulación. Todo ello será imprescindible para que, después, la energía se concentre en el contenido, en el pensamiento a transmitir y en el significado.

El significado hace referencia a ese lenguaje interior que quiere manifestarse por escrito para que otro u otros lo conozcan. Escribir en su pleno sentido es pensar y pasar a símbolos gráficos y legibles mensajes que el receptor puede descodificar y entender.

El proceso del aprendizaje de la escritura va desde el ejercicio voluntario para hacer los grafemas hasta la automatización de una realización libre en la que el pensamiento se expresa de modo directo por la inscripción. Las letras son signos y como tales tienen que ser legibles. Su unión les permite convertirse en lenguaje y su desarrollo ordenado en un relato.

Escribir mal es consecuencia de dificultades motrices, prácticas viciadas, tensionales o de desconocimiento de la lengua sin importar si se es discapacitado o no. Por consiguiente no es nada inútil sino que es preciso conocer las reglas gramaticales, la morfología, la sintaxis y la ortografía.

Es por eso que no podemos llamar escritura al copiado, llamado también escritura funcional pues son meros dibujos que se realizan reproduciendo una muestra. Así por ejemplo, alguien puede aprender a hacer su firma y escribir sus datos personales para situaciones exclusivamente urgentes o esporádicas y eso no significa que sabe escribir.

Aprender a escribir vs. Aprender a leer

Por lo anterior podemos ver que aprender a escribir es un proceso más complejo que el aprendizaje de la lectura. Como dijimos en el módulo 2 el aprendizaje de la lectura se puede hacer de modo temprano, no así el de la escritura. Habrá lectores/as precoces pero no escritores, porque para escribir se precisa una maduración que raramente alcanzan los niños menores de 5 años. Por regla general, el proceso completo dura más tiempo que el de la lectura. Es cierto que los niños y niñas en edad preescolar pueden realizar actividades y ejercicios de psicomotricidad y gráficos, así como de atención, percepción y discriminación que sirven de ayuda y de preparación. Pero es imposible que el niño o niña escriba a los 5 o 6 años todo lo que es capaz de leer y entender, aun cuando haya participado en un programa de aprendizaje temprano de la lectura.

En el caso de los niños y niñas con discapacidad intelectual adquieren soltura en la escritura dependiendo de sus habilidades específicas en la psicomotricidad, lenguaje y la memoria. En principio, los niños pueden aprender a leer mucho antes que a escribir. Su discapacidad influye generalmente condicionándolos de manera física, lingüística y cerebral, elementos que son imprescindibles para poder escribir bien.

A pesar de estas dificultades evidentes, el uso del Método Troncoso de lectura y escritura permite a un buen número de niños y niñas con discapacidad, escribir suficientemente bien como para que sus textos sean legibles y sus mensajes sean coherentes. Además hoy las técnicas actuales, especialmente los dispositivos móviles son de gran ayuda, porque al liberar al escritor o escritora del esfuerzo motor, la energía puede concentrarse con más eficacia en el pensamiento y mensaje a transmitir.

En este módulo verás las condiciones que permiten el aprender a escribir y las técnicas, estrategias y materiales que permitirán que los niños y niñas que acompañas puedan entrar al maravilloso universo de la escritura.

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